Mi vida ha estado ligada al mar mucho antes que yo naciera. Hace más de 80 años, mi abuelo cruzó el Pacífico desde de la lejana China con solo una cámara fotográfica en el pecho. Desde entonces el mar y la fotografía han sido parte trascendental de mi vida.
El océano me ha enseñado a amar, bailar y cantar hasta el amanecer, a sentirme parte del glorioso universo, a vivir en paz y fijar mis prioridades en lo que realmente importa. También me ha enseñado a disfrutar sin culpas del placer.
¿Me acompaña a recordar algunas de mis historias de mar?